Indicadores de coyuntura económica
Tras un crecimiento del 0,7% en el último trimestre de 2014 se han confirmado las mejores previsiones de crecimiento para este año, situándose el incremento del volumen del PIB en una tasa del 1,4% para el 2014.
Este buen dato macroeconómico se ve acompañado por fin por un descenso significativo del desempleo y por otros indicadores positivos.
Como principal indicador negativo aparece la evolución del IPC que muestra un riesgo latente de deflación. No obstante, la reciente actuación del Banco Central Europeo adoptando políticas QE para facilitar la liquidez será suficiente para situar de nuevo este parámetro en valores en torno al 2%.
Si bien el escenario a corto y medio plazo parece dar pie al optimismo, múltiples analistas muestran prevenciones sobre la solidez y duración de esta fase de crecimiento.
El principal factor de preocupación se basa en que el crecimiento a corto plazo se base únicamente en la liquidez y el endeudamiento, como hemos experimentado en épocas recientes, y no en un crecimiento de la productividad sostenible fundamentado en reformas estructurales.
Comentarios a los principales indicadores
Producción y demanda
La economía española registró un crecimiento trimestral del 0,7% en el cuarto trimestre de 2014.
Esta tasa fue dos décimas superior a la registrada en el tercer trimestre del ejercicio (0,5%).
El crecimiento respecto al mismo trimestre del año anterior se sitúa en el 2,0% frente al 1,6% del trimestre precedente. Con todo, el crecimiento en el volumen del PIB se situó en el 1,4% anual.
Si bien el primera responsable de la senda del crecimiento fue la demanda externa protagonizadas por unas exportaciones de bienes y servicios basadas en una recuperación de la competitividad vía devaluación interna de sueldos y salarios, en los últimos trimestres la protagonista de la recuperación ha sido la demanda interna con la recuperación del consumo y de las inversiones en bienes de inversión.
Muestra de ello es que variables como la venta de automóviles han repuntado con fuerza registrando crecimientos del 18% en 2014.
Asimismo, variables como la venta de viviendas o el consumo de cemento han acabado el año en tasas de crecimiento ligeramente positivas después de años de retroceso acumulado.
Con todo, los analistas privados ya elevan al 2,6% la previsión de crecimiento para 2015. Las mejoras para el próximo año afectarán a los principales componentes de la economía.
Se espera que el consumo privado crezca un 3% frente al 2,3% en 2014, y que la inversión en bienes de equipo aumente el 6,9%. Por su parte, la inversión en construcción crecerá en términos anuales un 1,8%, el primer crecimiento significativo después de siete años de ajuste.
Empleo
El empleo de la economía en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo registra una variación trimestral del 0,7%, dos décimas superior a la registrada en el trimestre anterior.
En términos anuales, el empleo aumenta en el cuarto trimestre a un ritmo del 2,4%, crecimiento siete décimas superior al estimado en el tercero, lo que supone un incremento de aproximadamente 392 mil puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.
Este comportamiento junto con la variación experimentada por la jornada media asociada, dan como resultado un incremento de la tasa anual de las horas efectivamente trabajadas de un punto (del 1,0% al 2,0%).
La variación anual del coste laboral unitario se sitúa este trimestre en el ‒0,1%, cinco décimas por encima del deflactor implícito del PIB.
La respuesta positiva del empleo al crecimiento experimentado en 2014 ha dado pie a un optimismo gubernamental en el que se espera una recuperación de más de un millón de empleos a finales de 2015 de cumplirse las previsiones de crecimiento.
No obstante, y aun alcanzado estas previsiones optimistas, la tasa de desocupación continuaría situándose en niveles superiores al 20%, con bolsas de paro estructural preocupantes y una fragilidad inherente sobre la calidad de puestos de trabajo creados.
Como dato de lo anterior baste recordar que un 90,2% de los contratos firmados en el mes de febrero de 2015 tenían un carácter temporal.
Precios
La tasa de variación anual del IPC en el mes de febrero es del ‒1,1%, dos décimas por encima de la registrada el mes anterior.
Si bien este dato puede parecer alarmante, cabe indicar que un factor que ha propiciado esta disminución de precios lo constituye la acusada bajada del precio del petróleo que, por si misma, es una buena noticia.
Si tomamos como referencia la tasa subyacente, ésta se mantuvo en el mismo nivel que el mes anterior, el 0,2%, tasa idéntica a la del núcleo inflacionista (que excluye todos los alimentos y los productos energéticos).
Este estancamiento de precios (lejos del crecimiento de inflación del 2% que tiene el Banco Central Europeo como mandato) junto con la necesidad de fomentar un crecimiento en la zona euro, ha propiciado que Mario Draghi, siguiendo las políticas ya puestas en marcha por Japón, Reino Unido y Estados Unidos, haya iniciado una inyección masiva de liquidez en las economías mediante compra de bonos y activos financieros.
Un efecto positivo de esta inyección monetaria del Banco Central Europeo está siendo la devaluación de un euro excesivamente fuerte frente a la resta de monedas y que estaba minando la competitividad exportadora de las empresas europeas.
Asimismo, la previsión de muy bajas rentabilidades para la deuda pública obligará al ahorro a tomar más riesgos para obtener rentabilidades suficientes, lo que probablemente impulsará las bolsas a corto y medio plazo.
Sector Público
En cuanto al déficit público, Funcas espera una rebaja del déficit del 5,5% esperado en 2014 al 4,6% en 2015. Un componente fundamental de esta disminución del déficit ha sido y lo continuará siendo la rebaja de la carga financiera gracias a unos costes de la deuda pública cada vez menores.