Indicadores de coyuntura económica
El inicio del 2017 continúa manteniendo la buena línea en cuanto a indicadores con la que finalizó 2016, con una mínima desaceleración en el crecimiento, motor de esta bonanza económica, el cual se sitúa por encima de los países de nuestro entorno.
Comentarios a los principales indicadores
Producción y demanda
El crecimiento del PIB español en el primer trimestre fue del 0,8%. Se trata de un dato excelente que, en términos anualizados supone un ritmo de crecimiento del 3%, que prácticamente mantiene la tasa de crecimiento excepcional del 3,2% registrado por España en 2016. España se vuelve a situar por encima de media europea (que fue del 0,5%), de Alemania (0,6%) y muy por encima del crecimiento trimestral de Francia (0,3%) y de Italia (0,2%).
Ello da pie a que varios analistas ya sitúen el crecimiento esperado para España en el 2017 en tasas del 2,6-2,8% e incluso en el 3% en contraposición con unas previsiones iniciales del 2,3%.
Empleo
Si bien con menos intensidad que en los meses precedentes, el empleo continúa experimentando crecimientos muy positivos. Gracias a ello la tasa de paro se situó en abril en el 17,8% de la población activa.
Si comparamos el dato actual con el 24,4% con que se cerró el año 2014 podemos apreciar en qué medida se ha producido una mejoría en este indicador. No obstante, cabe mencionar que la tasa de paro española prácticamente duplica el promedio de la zona euro, que es del 9,3%, con países como Alemania que presentan una tasa del 3,9%. Únicamente Grecia, con una tasa de paro del 22,5% supera la española y ello debido a la falta de crecimiento de la economía griega consecuencia de las duras políticas de austeridad que debe soportar.
El efecto, nunca fácil de discernir, del peso de la economía sumergida en España puede suponer seguramente que la tasa real sea inferior a la oficial, pero lo cierto es que el mercado laboral continúa conservando rigideces estructurales que provocan un desempleo importante principalmente en jóvenes.
Precios
En la variación interanual del IPC entre mayo de 2016 y mayo de 2017 se ha registrado un incremento de precios del 1,9%, moderando el incremento súbito que ha venido experimentando este índice en los últimos meses.
Recordemos que, desde 2014 y hasta el último trimestre del 2016, el IPC se ha situado en tasas interanuales negativas por lo que los recientes datos de IPC suponen una normalización hacia un porcentaje del 2% que tiene como objetivo el Banco Central Europeo (BCE).
También las previsiones respecto el Euribor, que aún se sitúa en tasas negativas, apuntan hacia una normalización en tasas positivas, consecuencia de una prevista desaceleración y finalización de las políticas de compra de deuda del BCE y, siguiendo los pasos de la FED americana, de un progresivo incremento de tipos. No obstante, los analistas aún demoran hasta 2018 un escenario con tipos de Euribor en positivo.
Donde los precios parecen decididamente al alza es en el mercado de la vivienda que, según los datos de los Registradores de la Propiedad, presentaban a final del primer trimestre de 2017 un incremento, en tasa interanual, del 7,7%. Este incremento, que se acumula a los ya registrados en 2015 y 2016 ha provocado que se hable de una nueva burbuja, en especial en las zonas más deseadas de las principales capitales de provincia.
No obstante, cabe recordar que estos crecimientos se producen después de siete años de caídas muy profundas en el precio de la vivienda (en algún año de más de dos dígitos). Además, expertos como el profesor de la Universidad de Barcelona Gonzalo Bernardos, no ven un evidente riesgo de burbuja y recuerda que ésta se produjo tras casi 10 años de incremento del crédito neto en tasas anuales de cerca del 20%, junto con una política de concesión de créditos indiscriminada por parte de los bancos y con unos gobiernos empeñados en incentivar fiscalmente esta compra.
Por último, reseñar que la renta variable continua la tendencia alcista iniciada a final de 2016, llevando el valor del índice IBEX un crecimiento acumulado, en lo que va de año, del 16,5%.
Sector Público
La continuación del vigor en la recuperación económica, y por tanto de una mayor recaudación fiscal, junto con un entorno de bajos tipos de deuda pública propiciada por el BCE, parecen avalar la posibilidad de la consecución del objetivo de déficit para el 2017, e incluso que España pudiera salir en 2018 del llamado Procedimiento de Déficit Excesivo, que implica una supervisión estricta de las políticas del gobierno por parte de las autoridades europeas.
No obstante, España quedaría estando aún sujeta a supervisiones excepcionales por el hecho de tener un volumen de deuda pública cercano al 100% del PIB (cuando el Tratado de la Unión Europeo fija un límite del 60%) y por el hecho de que España aún debe devolver gran parte de los 41.333 millones de euros del nunca reconocido rescate solicitado en 2012 para sanear la banca española.
En cualquier caso, la reducción progresiva del déficit público ha sido un hecho en los últimos años gracias a los factores indicados de crecimiento y reducción del coste de intereses y, por supuesto, al esfuerzo realizado principalmente por las Comunidades Autónomas y entidades locales en la contención del gasto.